Las renuncias “constantes” de los jueces deberían obligar a la Corte Suprema de Justicia a buscar la manera de “sostener” a los funcionarios judiciales. Sin embargo, a hoy, existe una pasividad que provoca que no se tenga ni una solución ante la fuga de personal.
Ese es el criterio de Luis Fernando Salazar, magistrado de la Sala Constitucional, quien fue muy crítico con la postura que se ha tenido ante esta problemática que aqueja y perjudica a la institucionalidad.
Salazar dio ese punto de vista luego de que se conociera en la última sesión de Corte Plena la renuncia de la jueza contenciosa Sandra Quesada Vargas.
Según la carta que presentó Quesada ante los magistrados, ella tomó esa decisión porque las circunstancias en las que trabaja, desde hace dos años, “no han sido las mejores ni las más agradables”.
“Si a ello le sumamos los cambios recientes en la normativa legal que rige nuestras labores, como el aumento en años requeridos para mi jubilación y las condiciones salariales que debemos afrontar. Con todo el dolor de mi alma debo admitir que me ha llegado el momento de buscar nuevo derrotero por el cual seguir. Y digo que esto es con el dolor de mi alma, porque mi plan de vida siempre fue culminar mi vida profesional como pensionada del Poder Judicial. Pero, bueno, a veces el hombre pone y Dios dispone”, indicó la juzgadora.
Ante esto, Salazar hizo un llamado a la conciencia de los magistrados, ya que la fuga del personal es una situación que se debe abordar pronto.
“Algunos funcionarios están buscando otras posibilidades de empleo, sin que esta Corte a hoy tenga una solución que presentarle a familia judicial”, reprochó.
Agregó que, de quedarse de brazos cruzados, se pondría en riesgo al Poder Judicial como un todo y, con ello, la figura que este ocupa dentro de la democracia.