Expertos integrantes del Comité de Vacunas y Biológicos de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE) publicaron una guía sobre la vacunación contra el COVID-19 en la población infantil.

En el documento concluyeron que los niños deben ser vacunados contra el virus por cuatro razones principales: para reducir las tasas de hospitalización, evitar el desarrollo del síndrome inflamatorio multisistémico, prevenir el COVID prolongado y evitar la propagación del virus.

En la elaboración de este documento de 33 páginas participó la costarricense, María Luisa Ávila quien explica que el documento esta dirigido a personal de salud, sin embargo, cualquier persona lo puede leer y educarse sobre esta inmunización.

 

El documento explica que, algunos niños contagiados con el virus que causa COVID-19 pueden verse afectados por el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, una afección en la que se produce una inflamación generalizada y descontrolada a nivel del cuerpo que puede requerir hospitalización en unidades de cuidados intensivos. La tasa de letalidad de este síndrome varía entre el 1% y el 8%, dependiendo de las condiciones sanitarias y sociales.

Asimismo, al menos un 5-10% de los pacientes pediátricos pueden experimentar el síndrome de COVID-19 prolongado, un conjunto de manifestaciones multiorgánicas que persisten por varios meses después de la infección inicial.

Por eso, la vacunación contra el COVID-19 en la población infantil es crucial. Las vacunas bivalentes de ARNm que existen actualmente contra el virus tienen dos componentes: uno corresponde a la cepa original del virus y ayuda a proteger contra la variante ancestral o Wuhan, mientras que el otro protege contra los linajes BA.4 y BA.5 de la variante ómicron, para proporcionar una protección adicional y mejorada contra este virus de COVID-19.

“La vacunación contribuye a la disminución de la carga asistencial de las unidades de salud, así como la ocupación de las unidades de cuidados intensivos y a la reactivación de la vida escolar y social, con todas las implicancias positivas que ello conlleva para el desarrollo integral del niño. La evidencia científica respalda ampliamente el uso de las vacunas de ARNm en los niños, cuyos beneficios son mayores que los riesgos. Por esta razón, los pediatras debemos liderar la promoción y administración de esta medida preventiva”, mencionó Roberto Debbag, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE).

Insiste que los pediatras deben educar a las familias sobre la importancia de la vacunación y combatir las noticias falsas que puedan generar miedo injustificado.

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