Identificar el bullying es una de las mejores formas de prevenirlo, ya que se puede presentar de manera: verbal, física, anónima, cibernética o patrimonial.
“La agresión puede iniciar con acciones sencillas como los sobrenombres, el exponer a una persona hasta dejarla ridiculizada frente a las otras o simplemente ignorarla. Es por esta razón que los padres y madres, encargados y maestras deben estar muy atentos a este tipo de situaciones, ya que van lastimando el autoestima hasta convertirlo en un problema serio de salud mental”, señaló Esteban Jiménez, psicólogo de COOPESAIN.
Según Jiménez, el bullying también puede manifestarse de forma física con golpes, moretones, destrucción de objetos o también puede darse de maneras más sutiles en donde se acecha a la víctima de diferentes formas ya sea por su etnia, sexo o situación particular y se basa en mentiras, rumores, exclusión deliberada de la persona del entorno o atacándola por medio de redes sociales.
Todas estas acciones pueden desencadenar que la víctima sienta ansiedad, depresión profunda o incluso pensamientos suicidas.
“Es muy importante que si un niño o joven comenta alguna situación que lo incomoda o lo hace sentir mal, el núcleo familiar se comunique con la institución para intervenir de forma inmediata y en caso de que presente señales de ansiedad, depresión o tristeza recurrir a un especialista que lo pueda atender de manera integral y así contribuir con su bienestar” comentó Jiménez.
¿Qué debo observar?
- Cambios repentinos de humor
- Heridas, moretones, golpes o dolores sin explicación
- Pérdida o daños en objetos personales
- Bajo rendimiento escolar de forma repentina
- Aumento de dolores de cabeza o de estómago, cansancio
- Cambios repentinos en los hábitos alimenticios
- Problemas para dormir
- Problemas para socializar
- Excusas frecuentes para faltar a clases
- Interés exasperado por comentarios en redes sociales
- Ansiedad antes de ir a clases
- Evasión a cualquier tema relacionado a la escuela o el colegio
- Aislamiento social que repercute a nivel familiar
- Conductas autodestructivas (escaparse de clase o hacerse daño así mismo)
- Baja autoestima
- Dificultad de adaptación en el entorno educativo
- Llora con facilidad ante cualquier situación
- Pensamiento suicida o intentos de autoeliminación