El conflicto entre Rusia y Ucrania ya cumplió un año, dejando fuertes afectaciones económicas, no solo para ambos países sino para el mundo entero.
En Costa Rica, específicamente, se registró una escasez de fertilizantes y maíz, al ser estos dos países, los exportadores de estos productos. Esto provocó que aumentara el precio de los lácteos, los huevos, los cereales y el pan.
Rusia y Ucrania también exportaban hierro, aluminio y acero, la guerra provocó un alto costo en estos materiales, reflejándose también en precios elevados para construir.
También se percibió un incremento en los combustibles, producto del alto valor del petróleo.
Todo esto, también disparó la inflación en el país, que llegó a estar a 12,3% en el mes de agosto, su punto más elevado. Además, el tipo de cambio llegó casi a los ¢700 y se registró un aumento en las tasas de interés, esta última como medida del Banco Central para frenar el incremento de la inflación.
Durante el 2023 el panorama ha sido más alentador, el dólar bajó considerablemente, al igual que el precio de las gasolinas y la inflación, sin embargo, el economista Federico Rivera indica que aún estamos bajo los efectos del conflicto, y hay incertidumbre sobre cuánto tiempo más pueda pasar para que finalice la guerra. Es por eso que recomienda ser cauteloso con los recursos y de ser posible ahorrar pensando en que este escenario continúe.