La sentencia de 26 años de prisión en contra del asesino de Luany Salazar Zamora fue anulada parcialmente, luego de que el Tribunal de Apelación de Cartago considerara que no estaba fundamentada.

Así se desprende del voto 2023-046, emitido a las 8:30 a. m. del 6 de febrero pasado por ese despacho judicial.

Según informó el Poder Judicial, los jueces mantuvieron en firme la declaratoria de culpabilidad del joven Kenneth Mejía Chavarría por el homicidio ocurrido en el 2020 en Río Azul de La Unión. Sin embargo, ordenaron realizar un nuevo juicio de reenvío para que se defina una nueva pena en contra del encartado.

Este será el tercer debate que debe afrontar el sujeto por este caso. El primero fue en el 2021, cuando fue condenado a 19 años de cárcel. No obstante, tras una impugnación de la querella, los jueces le impusieron en el 2022 los 26 años de prisión que fueron anulados recientemente.

Según el abogado de la familia doliente, Joseph Rivera, la queja se presentó porque los jueces no explicaron porqué se decantaron por una pena inferior a la solicitada (50 años de prisión).

“Hay una mala fundamentación de la sentencia. A raíz de eso, volvimos a apelar porque estamos disconformes con la cantidad que le impusieron y nos la declararon con lugar”, manifestó Rivera.

Él ahondó en que piden 35 años de cárcel por el homicidio calificado y 15 años por el robo agravado del móvil de la víctima.

Aseguró que irán preparados para convencer a la nueva integración del Tribunal y así conseguir el castigo deseado. “Contamos con una audiencia que es muy corta, de unas dos o tres horas. Ahí debemos explicar al Tribunal Penal nuestros argumentos”, agregó el querellante, al tiempo en el que indicó sentirse “contento” por la resolución judicial.

Preocupación

Pero, más allá de lo que ocurrió, el abogado no ocultó su preocupación por la forma en cómo se ha analizado este caso.

Mencionó que, en las dos sentencias emitidas, los juzgadores han dejado muchos “vacíos” que han permitido las apelaciones. Pero, no solo eso. A su criterio, los jueces que han conocido del caso, no han entrado a valorar la “clara saña” con la que el acusado asesinó a la víctima.

Él hizo ese comentario porque, en un primer juicio, el Tribunal calificó el crimen como un homicidio simple. Esto pese a que, dijo el abogado, “el imputado la atacó con un arma punzocortante, le hizo seis heridas en la cara, le puso una bolsa plástica en la cabeza y le puso un paño para que no gritara cuando se estaba desangrando”.

Rivera agregó: “Cuando (Luany) fallece, la envuelve en un plástico y mantuvo el cuerpo de ella todo ensangrentado en un segundo piso de la casa de su abuelita (en La Unión) por cinco días. (…) Luego (el imputado) limpia la escena del crimen y se pone a disposición de la familia de Luany para buscarla (porque estuvo un par de días desaparecida)”.

En un segundo juicio, ya lograron elevar el asesinato a un homicidio calificado, pero la pena aún no es lo que esperan los dolientes. Y, según el abogado, esto se da porque “el Tribunal no valoró ninguno de los elementos determinante (del crimen)”.

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