En la actualidad hay 722 escuelas y colegios con ordenes sanitarias y 68 tienen orden de cierre, el curso lectivo inició este lunes y en algunos centros educativos aun no saben si podrán trabajar de manera normal.
Las zonas mas alejadas del valle central presentan un deterioro en infraestructura que afectan a la población estudiantil que ya lleva una desventaja con respecto a las condiciones que tienen los jóvenes en el país.
La escuela de Rincón de Osa es uno de los ejemplos de centros educativos que no se pueden utilizar. El abandono de esta escuela evidencia que no se puede usar, es por esta razón que debe ser reconstruida y esa es solo una muestra de lo que viven los estudiantes de las zonas costeras del país.
En la zona de Palmar Sur, está escuela de Finca o al menos está el lote donde estuvo ubicada, desde el 2017 se suponía que se ida a construir sin embargo 6 años después los alumnos y docentes están a la espera de la infraestructura apta para recibir clases.
Por ahora están en dos casitas que prestó una empresa para que los niños no se queden sin ir a la escuela.
Minor Gutiérrez director de la Escuela Finca 3 de Palmar Sur dijo “es muy difícil, las condiciones del piso que los tenemos con piedra cuarta, el calor vuelve un poco duro el recibir clases, mas acá por esta zona, sin embargo, tratamos de hacer lo mejor para que los niños reciban el proceso educativo pedagógico de la mejor manera posible”.
Otro caso en el que no se sabe que pasara es con el Colegio Técnico Industrial de Puerto Jiménez, esta institución recibe a mas de mil estudiantes de poblados como la Palma que se encuentra a 24 kilómetros del colegio, si este no pudiera funcionar, tendrían que desplazarse al colegio de Golfito que está a 76 kilómetros por lo que los jóvenes durarían hora y media en llegar a clases.
El deterioro es evidente y esto provoca que el centro educativo no sea apto para recibir a la comunidad estudiantil.
En este colegio se las ingeniaron y construyeron aulas en un galerón para que los jóvenes pudieran llevar sus clases
“En el 2019 el Ministerio de Salud emitió un documento donde anunciaba que se iba a cerrar el colegio y que si queríamos seguir operando debíamos implementar un plan remedial como lo era la construcción de las baterías sanitarias se dieron los recursos, pero a la fecha no se ha hecho nada”, aseguró la directora del CTI de Puerto Jiménez Yorleny Borbón.
La dirección y la junta educativa sienten impotencia ya que desde junio del 2022 están presionando para que la Dirección de Infraestructura del MEP les de una respuesta sin embargo no han tenido éxito.
Por otra parte, Marisel Valderrama presidenta de la junta de educación del CTI de Puerto Jiménez aseveró “No tenemos ninguna información por parte del MEP, nosotros quisiéramos saber que es lo que ha sucedido, gracias a Dios tenemos documentos donde le hemos escrito a las autoridades del DIE del MEP para llevar todo el proceso y que al final no se diga que hay desinterés de parte nuestra”.
Inclusive interpusieron un recurso de amparo para tener el apoyo de la Sala Constitucional y aunque este fue acogido el MEP solicitó una prorroga para dar una solución, sin embargo, la prorroga legó a su fin y el colegio sigue sin la batería sanitaria que le daría la posibilidad de operar y recibir al estudiantado.
Solamente en la costa pacifica hay 14 centros educativos con orden de cierre, eso quiere decir que la mayor parte de esos estudiantes iniciarán las clases en sitios que se habilitaron de emergencia para que no se rezaguen.