El Tribunal de Apelación de la Sentencia Penal ratificó la condena de 44 años de prisión en contra de un hombre por mutilar a un comerciante y esconder sus restos en un congelador.
El sentenciado es Caín Gutiérrez Alfaro, a quien se le achaca el delito de homicidio en perjuicio del peruano Walter Nelson Antay Rodríguez, ocurrido en el 2018 en Limón.
Esta es la tercera vez que un despacho judicial se pronuncia al respecto. En la primera ocasión Gutiérrez había sido absuelto por lo que la Fiscalía apeló. En la segunda ocasión -cuando se dio el juicio de reenvío en el 2022- el Tribunal Penal impuso la pena de 44 años, la cual fue ratificada el 3 de febrero pasado.
En esta confirmación de sentencia, los jueces también mantienen el fallo dictado en contra de dos notarios, de apellidos Baltodano Gutiérrez y Alfaro Silva. A ellos se les condenó a tres y un año de cárcel, respectivamente, por el delito de falsedad ideológica.
De momento, el único camino que faltaría por recorrer sería el de un recurso ante la Sala de Casación Penal, la cual tiene la última palabra en estos asuntos.
Lo previo
Según la acusación que presentó la Fiscalía, para entender el caso hay que rememorar hechos que supuestamente ocurrieron en el 2011.
En marzo de ese año, Gutiérrez Alfaro estaba en Estelí, Nicaragua, y conoció a Rita Raquel Rostrán Fajardo, quien era la expareja del peruano. Por razones que aún no han sido juzgadas en el país vecino, él asesinó a la mujer y la sepultó en el patio trasero de la vivienda de ella.
“Posterior a la muerte de la ofendida, se presume que Gutiérrez, mediante datos falsos, suscribió en Nicaragua un poder que le permitiría hacerse cargo de los bienes y negocios de la ofendida y, además, se hizo cargo de la guarda y crianza del hijo de la mujer, quien además es hijo de Walter Nelson Antay Rodríguez”, recalcó la Fiscalía.
Tras esa situación, en abril del 2016, el sujeto ingresó a Costa Rica de forma ilegal en compañía del hijo de los ofendidos. Se dirigieron propiamente a la casa de Antay.
“Presuntamente, el sospechoso se ganó la confianza del hombre y se involucró en sus actividades comerciales, así como en su entorno social y familiar”, se lee en el correo enviado por la entidad.
Una vez que se volvió alguien cercano a su próxima víctima, continuó con su plan:
“El 31 de julio del 2018, el sospechoso y la imputada González Rodríguez (sospechosa a la que se le sigue una causa aparte) habrían ido al Registro Civil, sede Limón. Al parecer, esta última se hizo pasar por la tía del acusado e indujeron a error al registrador, quien insertó una fotografía de Gutiérrez en el documento de identificación del hijo de Antay”.
La muerte
Luego, entre el 1.° de setiembre y el 12 de diciembre del 2018, el imputado asesinó al peruano. Se indicó que la causa de muerte fueron balazos en el tórax.
No conforme con lo cometido, el sospechoso supuestamente mutiló el cadáver y lo metió en unas bolsas plásticas, las cuales introdujo en un congelador que estaba en la casa de Antay.
Entre el 17 de octubre y el mismo 12 de diciembre de ese mismo año, Gutiérrez habría hecho trámites administrativos para apoderarse de los bienes de la víctima.
Para ello, contaron con la ayuda de dos notarios, de apellidos Baltodano Gutiérrez y Alfaro Silva, quienes, según la Fiscalía, dicen que contaban con la autorización de Antay para hacer poderes a nombre de Gutiérrez y de González, pese a que la víctima no estaba presente.
“De esta manera, con los documentos falsos, los sospechosos habrían logrado hacer el traspaso de patente del local que pertenecía al ofendido, así como hacer otros trámites para quedarse con otros bienes”, recalcó el Ministerio Público.
Mientras realizaba todas esas gestiones y para evitar ser descubierto, el sospechoso le indicó a la pareja de ese momento del foráneo, que Antay había decidido irse y que lo había dejado a él a cargo de todas sus propiedades y negocios.
La compañera sentimental de la víctima creyó la historia por unos meses porque el sospechoso usaba el celular del fallecido para escribirle mensajes esporádicos y así no levantar sospechas. Pero, pasado el tiempo, ella sintió que había algo extraño y por ello, en noviembre del 2018, interpuso la denuncia ante las autoridades.
Esa alerta permitió a las autoridades establecer que Gutiérrez estaba directamente relacionado con el asunto, por lo que fue detenido.