Desde diciembre pasado, el Ministerio de Seguridad se ha encargado de culpabilizar al Poder Judicial de la creciente ola de violencia. Para la cartera, el hecho de que los jueces den “tantos” beneficios a personas señaladas por delitos “de gravedad”, brinda una “lamentable” sensación de “impunidad total” en la sociedad.
Uno de los ejemplos que usó ese ministerio para justificar lo dicho fue el homicidio de un hombre (identificado como Óscar Alberto Leitón Zamora) frente al Estadio Antonio Escarré, en San José, el 12 de enero pasado. El sospechoso del crimen quedó en libertad, pero debía portar una tobillera electrónica.
Poco más de dos semanas después de aquella polémica, el fiscal general Carlo Díaz explicó ante los diputados de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico porqué fue que el presunto asesino, de apellidos Bilmore Rialto, quedó libre.
Antes de dar un poco más de detalle del caso, Díaz recalcó que un video -que ya está en manos de las autoridades- así como declaraciones de testigos presenciales permitieron definir que se trató de una legítima defensa.
Entonces, por esa teoría del caso y por el principio de objetividad, el fiscal a cargo pidió la colocación de la tobillera y no así la prisión preventiva. Esto fue acogido por el Juzgado Penal de la zona.
¿Qué pasó?
El relato de Díaz ante los diputados sobre la forma en la que presuntamente ocurrieron los hechos, fue el siguiente:
“La dinámica que se ve en ese video es que el ofendido (Leitón) quien llega a la casa del imputado (Bilmore) y se mantiene -por lo que uno puede percibir, porque no hay audio- en una discusión con Bilmore. Se da por más de cinco minutos.
“En determinado momento, sale el imputado (Bilmore) de la vivienda. No se observa si porta o no un arma, pero sí se puede determinar que el ofendido (Leitón) toma una especie de objeto blanco, como un balde, y con ese acomete en contra del imputado (Bilmore) .
“Nuevamente, parece que el imputado (Bilmore) ingresa a su vivienda. Luego, vuelve a salir y, nuevamente, el ofendido (Leitón) toma un objeto contundente, que parece ser una piedra de gran tamaño, y la lanza contra el imputado (Bilmore).
“Se mantiene una especie de forcejeo, riña o pleito como se le dice coloquialmente entre ellos dos. Luego se dirigen hacia el medio de la calle y ya no se pueden ver más porque se desplazan a un lugar que hay un árbol que tapa la visibilidad.
“Pero hay testigos que refieren que en ese momento hubo una riña y que hubo un uso de una arma blanca en legítima defensa por parte del sospechoso (Bilmore), por lo que el fiscal considera pedir el monitoreo”.