La región centroamericana y de República Dominicana sufrió agudos efectos durante el 2020 debido a la pandemia, especialmente en el área económica y en el desarrollo social, destaca el sexto informe de la región, publicado el jueves. 

Uno de los datos más impactantes los dio la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la cual estimó que en el año 2020, en Centroamérica y República Dominicana desaparecieron alrededor de 10 millones de empleos.

Además, en todos los países se desaceleró el crecimiento del PIB durante el segundo trimestre de 2020 en comparación con la situación del mismo período en el año 2019. El más afectado fue Panamá  y el menos impactado fue Nicaragua. 

La región registró una severa contracción económica, principalmente en el sector de servicios, uno de los más dinámicos.  El impacto fue mayor en hoteles, restaurantes y la actividad vinculada directamente al turismo. 

“La pandemia provocó rápidos retrocesos que se vio facilitado por la debilidad institucional, fiscal y productiva de los países”, indicó Alberto Mora, coordinador de la investigación denominada Estado de la Región.

Según el Informe, todos los países centroamericanos experimentaron un aumento en los niveles de pobreza el año pasado. La pobreza extrema excedió al 10% de la población en cinco de los países, exceptuando a Costa Rica, Panamá y República Dominicana.

Sin integración regional

En la mirada política de la región Centroamericana y República Dominicana  que hace el informe se identifican retos y carencias en cuanto a la integración. 

Un análisis de la base de datos de cumbres presidenciales señala que solo a una de las 24 cumbres realizadas entre 2010 y 2018 asistieron todos los presidentes y jefes de Estado de la región.

Se detalla que las entidades del Sistema de Integración Centroamericano (SICA) mantiene capacidades institucionales muy bajas y han experimentado pocas mejoras sustantivas desde 1999, año a  en el cual el Estado de la Región empezó a dar seguimiento al proceso de integración.

La dependencia del presupuesto internacional, prácticas deficientes en la rendición de cuentas, escasa producción de información, carencia de sanciones y la falta de indicadores de gestión y resultados, entre los principales factores que influyen negativamente en el proceso de integración de la región.

Cómo parte de este informe se realizó un test de identidades que se aplicó a 36 mil personas de la región para conocer la posición sobre temas de interés.

De los datos se desprende que Centroamérica no genera un sentido de pertenencia a sus habitantes, pues el principal rasgo identitario que mencionan es meramente el lugar geográfico. 

Se identificó que  quienes participaron del proceso tuvieron grandes dificultades para mencionar rasgos identitarios de la región.

Formación técnica mejoró

Los países de Centroamérica y República Dominicana mejoraron la oferta de formación técnica y profesional durante la última década, principalmente en cuanto a la apertura de nuevas especialidades. 

Aunque existen diferencias marcadas entre los países, por ejemplo, Costa Rica y República Dominicana  tienen una oferta más amplia de especialidades que casi duplica las de Guatemala, Honduras, Panamá  y El Salvador. 

Pero la región también tiene retos para responder a las necesidades actuales de los sectores productivos y a las perspectivas futuras de los mercados laborales a nivel internacional.

Las principales debilidades de la formación y educación técnica profesional identificadas por los empleadores se relacionan con habilidades blandas y socioemocionales, cobertura territorial, calidad de la formación y horarios, según detalla el informe. 

Tasas de homicidios disminuyeron

El panorama de seguridad en la región, revela mejoras en cuanto a las tasas de homicidios, durante el 2020 estas disminuyeron en todos los países excepto en Costa Rica donde se mantuvo.  

El control estatal en la movilidad de las personas por razones de salud pública podría estar relacionado con el descenso registrado el año anterior.  

Aunque pese a este descenso, los países del llamado Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) son los que tienen las tasas de homicidios más elevadas, por encima de los 25 por cada 100.000 habitantes. 

En Guatemala, Honduras y El Salvador el conflicto entre pandillas y la presencia de grupos de narcomenudeo, son parte de los factores que aumentan la incidencia homicida; mientras que los municipios con las mayores tasas de homicidios observados en Costa Rica y Panamá coinciden con rutas internacionales de narcotráfico y bandas de narcomenudeo. 

Un dato relevante es que la confianza de las personas en el sistema de justicia está asociado con la disminución general de los homicidios en Guatemala, Panamá, Honduras y Costa Rica. 


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