La UEFA ha tenido que lidiar con la organización de la Euro en medio de una pandemia, pero también con los reclamos de algunos países que acusan a otros de utilizar sus vestimentas para defender causas políticas

Primero fue Rusia quien acusó a Ucrania días antes de que empezara el torneo continental. La Federación del fútbol ruso mostró su molestia porque en la camiseta aparece la silueta de Ucrania, incluidas Crimea -anexionada por Moscú en 2014- así como territorios del Este, controlados por separatistas prorrusos.

También figuran los eslóganes “¡Gloria a Ucrania! ¡Gloria a los héroes!”, haciendo referencia a un canto patriótico convertido en grito de unión de los manifestantes que habían derrocado a un presidente apoyado por el Kremlin, Viktor Yanukovich, en un levantamiento popular en 2014.

La presencia de estos eslóganes en la camiseta provocó las críticas de Moscú, quien asoció estas consignas a grupos nacionalistas de la Segunda Guerra Mundial que combatieron a los soviéticos.

La queja rusa tuvo resultados positivos, ya que Ucrania tuvo que cubrir las frases con un minimapa del país.

Ahora fue Grecia quien pidió formalmente a Macedonia del Norte que modifique sus camisetas al considerar que va contra el histórico acuerdo que alcanzaron ambos países vecinos.

La disputa se produjo por las iniciales FFM (Federación de Fútbol de Macedonia), que para Grecia son un retroceso al nombre del país balcánico previo al acuerdo de 2018 que solucionó un largo conflicto diplomático entre los dos Estados. Grecia nunca aceptó el nombre “Macedonia” porque cuenta con una provincia que lleva el mismo nombre, lo que llevó a un conflicto de 27 años. El Acuerdo de Prespa añadió la palabra “Norte” a su nombre oficial.

Durante el fin de semana, el ministro de Exteriores griego, Nikos Dendias, se quejó en una carta a su homólogo normacedonio, Bujar Osmani, afirmando que las iniciales de la camiseta “no podían ser aceptadas” por Grecia, dijo la agencia estatal ANA, y pidió que se cambiaran las iniciales “para mantener una dinámica positiva” en las relaciones con Atenas.

Pero Osmani argumentó que el acuerdo de 2018 abarca a las instituciones estatales, a las que la Federación de fútbol no pertenece.

El domingo se presentó otro incidente que puede tener tintes políticos, cuando el austríaco atacó verbalmente al defensa Ezgjan Alioski de Macedonia del Norte. Varios medios de comunicación aseguraron que lo insultó haciendo referencia a sus orígenes albaneses, razón por la cual la UEFA abrió una investigación.

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