“Estamos viviendo en los sueños que Dios me había dado”, dijo el pastor Carlos Manuel Chavarría Fonseca a sus seguidores en una prédica sobre el Espíritu Santo, titulada: “El invitado especial”.

 Era el 31 de agosto del año 2016. El líder de la iglesia Generación 3:16 (G3:16), conocido como el pastor de los ricos, le contó a sus feligreses cómo se había convertido a Cristo, 25 años atrás. Dijo que había pasado horas de horas leyendo la Biblia e, incluso, pasó días sin comer para estudiar la palabra. Aquel intenso ejercicio lo llevó a una especie de “umbral divino” donde recibió grandes revelaciones.

“Estaba en íntima comunión con Dios y ahí, donde no hay luz natural, la única luz que había era la luz del espíritu y esa única luz me sopló al oído un chisme. Me dijo: vas a ganar políticos, expresidentes, vas a tener células en cada una de las provincias. Tendrás escuelas para tus hijas, tendrás colegios para ellas”. “Y 25 años después todo eso se dio. Eso es por la profunda cercanía con él”, pronunció Chavarría con su tono pausado y reflexivo, aquel 31 de agosto.

El pastor efectivamente escaló rápido. Su conocimiento “al dedillo” de la Biblia y su elocuencia lo posicionó como un guía y consejero espiritual al que todos querían tener acceso.

“Llegamos a verlo como un Dios”, coinciden muchos de sus ex seguidores.

La Iglesia G3:16 pasó de ser un grupo que se reunía en la sala de una casa,  a una congregación con unos 2,300 miembros, guiados por ocho pastores y con presencia en las siete provincias de Costa Rica.

G3:16 creó también sus propios centros educativos; una muestra más del cumplimiento de la revelación divina que según su líder había recibido tres décadas  atrás.

La vida de Chavarría llegó a estar llena de excentricidades. No tomaba agua si no era de las marcas Perrier o San Peregrino. Sólo viajaba en primera clase, se hospedaba en las suites de los mejores hoteles y si de manejar un auto se trataba, su ideal era un Mercedez Benz. Él tenía uno y su esposa otro, solo para citar algunos ejemplos.

La iglesia G3:16 del pastor Carlos Chavarría llegó a contar con más de 2.300 miembros.

Su evolución espiritual y económica también lo acercaron al poder político. Si bien fue muy discreto, terminó convirtiéndose en hombre de confianza y consejero de candidatos a la presidencia de dos partidos políticos distintos y apoyó directamente a un tercero.

En la última contienda electoral (2018-2019) se abanderó y trabajó, junto con un equipo de feligreses, con el candidato evangélico, Fabricio Alvarado, del partido Renovación Costarricense, quien llegó a segunda vuelta aunque finalmente perdió la presidencia.

Además, presidentes, expresidentes, empresarios, artistas, deportistas y faranduleros también buscaban constantemente su guía. Fotos, videos y testimonios atestiguan esos vínculos al más alto nivel.

El juicio contra Chavarría se inició este lunes 14 de junio.

El “chisme divino” del que habló a sus seguidores aquella tarde de agosto se le cumplía al pie de la letra.

Tres años después de que compartiera aquellas revelaciones con su iglesia, el 5 de agosto del 2019, la policía tocó la puerta de su casa, en Asunción de Belén. Varias mujeres lo acusaban de supuesto abuso sexual y debía responder ante las autoridades.

Desde aquel momento Chavarría cumple prisión preventiva y este lunes finalmente encara un juicio.

El llamado pastor de los ricos deberá responder por tres aparentes violaciones agravadas, una tentativa de violación, seis abusos sexuales y un delito de corrupción agravada.  Este último delito se le atribuye debido a que uno de los abusos habría ocurrido cuando la ofendida aún era menor de edad. En total siete mujeres formalizaron denuncias en su contra. 

Cada uno de estos hechos se castiga con penas mínimas de entre 3 y 12 años de cárcel, según estipula el Código Penal.

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 Asimismo, seis de las denunciantes presentaron reclamos civiles que podrían superar los 450 millones de colones, según detalló Alejandra Araya, su abogada defensora.

“Vamos a realizar un juicio de averiguación de hechos no de ideologías. Mi representado va a declarar,  contará su verdad y las cosas y detalles que nadie sabe ni ha escuchado, esperando un juicio justo”, declaró Araya a Costa Rica Noticias.

Uso de la figura de poder

El pastor Chavarría, cita la Relación de Hechos, era considerado como un enviado de Dios, un hijo de Dios, máxima autoridad espiritual, figura de respeto, guía, líder y máxima autoridad de la iglesia.

Esta posición le habría facilitado la comisión de los  delitos que ahora se le atribuyen.

“El imputado Carlos Manuel Chavarría Fonseca ejerció a través de su investidura de pastor, mecanismos de control y dominio sobre sus víctimas empleando técnicas que censuraban la libertad de pensamiento. Enseñaba principios incuestionables de conducta basados en la obediencia y el perdón, coartando la autonomía personal de sus víctimas por medio de  manipulación y engaño sustentado en pasajes bíblicos logrando debilitar la capacidad volitiva de las personas adoctrinadas, sea las ofendidas”, indica parte de la acusación.

En  otras palabras Chavarría, aparentemente, habría utilizado la propia Biblia, la cual podía recitar de memoria, para someter a las mujeres a sus placeres sexuales.

Todas las ofendidas  de este caso eran feligreses de la iglesia G3:16 y tenían una  confianza prácticamente “ciega” en su pastor.

Rodrigo Martín, quien fue miembro de la congregación durante 12 años y quien ha acompañado a las denunciantes en la etapa previa al juicio, considera que a pesar de que en su mayoría son mujeres adultas, cultas, preparadas y de un nivel socioeconómico alto, fueron víctimas de un comportamiento sociópata de parte del pastor.

“El es un sociópata y ellas a pesar de su nivel de educación y que eran mayores de edad y estaban preparadas, estaban muy vulnerables. Acordémonos que en esa secta acostumbrábamos a que yo le contaba al pastor mis problemas matrimoniales y ellas también, entonces tenía las dos versiones. Es un hombre muy inteligente. Conozco el caso de una amiga mía que fue abusada y este hombre trabajó en la mente de ella, antes de hacer el primer intento de abuso, un año”, relató Martín.

48 personas testificarán

Al juicio están convocados 48 testigos, al menos 13 del acusado, entre ellos, el músico, cantante y empresario, Arnoldo Castillo, quien declaró que siempre vio un trato cordial y respetuoso del pastor con las ofendidas. Su guía espiritual, aseguró Castillo en la declaración previa, nunca obligaba a los miembros de la congregación a acatar sus consejos ni exigía una obediencia ciega a él.

También testificará a favor Adriana Mora, cuñada del empresario Manfred Pino exdiscípulo de Chavarría, así como el pastor Alexánder Sánchez, entre otros.

Rodrigo Martín, quien testificará a favor de las ofendidas, relató a Costa Rica Noticias que la cantidad de  mujeres que habrían sido víctimas de abusos por parte de Chavarría es mucho mayor y no descarta más denuncias.

“Aparte de las denunciantes, conozco siete más que fueron abusadas y no pusieron la denuncia, eso que yo conozca, que hayan hablado conmigo y me han contado (…) en 20 años pueden ser unas 70 u 80 mujeres que no van a hablar, algunas de ellas porque se casaron y no quieren que sus esposos sepan, algunas porque les da pena o no son suficientemente valientes para hacerlo”, contó Martín.

En su criterio, si a Chavarría lo condenan, otras mujeres podrían animarse a formalizar las denuncias.

El caso contra el pastor de los ricos se ventila en los tribunales de Heredia y es liderado por la Unidad de Género de la Fiscalía Adjunta de Heredia, mientras que el Instituto Nacional de la Mujeres (Inamu) figura como coadyuvante en la causa.  

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