El 2 de mayo debió jugarse el partido de vuelta de los cuartos de final entre el Deportivo Cali y el Deportes Tolima, donde milita el costarricense José Guillermo Ortiz, pero fue suspendido debido a la crisis política y social que vive Colombia, que desato una ola de manifestaciones desde hace un mes.

Cali es una de las ciudades más afectadas, razón por la que se pospuso el juego y no se ha podido disputar, a pesar de que se ha reprogramado en dos ocasiones.

El partido de ida se disputó el 25 de abril en Tolima, donde los locales sacaron una ventaja de 3-0. Tres días estalló la crisis en el país cafetalero, en el que principalmente obreros, campesinos, estudiantes e indígenas salieron a la calle a protestar por la reforma tributaria propuesta por el presidente Iván Duque y elaborado por el entonces Ministro de Hacienda Alberto Charrasquilla.

El movimiento social provocó que Duque retirara la propuesta y que el ministro se apartara del cargo, pero las manifestaciones siguen, ahora con peticiones para contar con una economía más igualitaria y una reforma a la policía, entre otros.

Se estima que han muerto más de medio centenar de personas y que hay miles de heridos, mientras las manifestaciones no cesan en medio de la tercera ola de la pandemia por la Covid-19, que genera, en promedio, cerca de 16 mil casos diarios y 500 muertes por día.

Es razón suficiente para que muchas critiquen a los dirigentes del fútbol que buscan un regreso pronto. Hoy el campeonato colombiano es lo menos importante en el país.

El ganador de la serie entre Deportivo Cali y Deportes Tolima jugará la semifinal ante Equidad. En la otra llave son Junior y Millonarios, del tico Juan Pablo Vargas, quienes buscarán el boleto a la final.

Algunos abogan por que se dé por finalizado el torneo. Los dirigentes manejan otras opciones: esperar que se acabe el paro; crear una burbuja en una ciudad donde no haya tanto conflicto, e incluso que se juegue en otro país.

Además del campeonato de primera división, la segunda categoría también está suspendida, y la Copa América, que en principio se jugaría en Colombia y Argentina, iniciará el 11 de junio con los argentinos como únicos anfitriones.

La próxima semana se cumplirá un mes desde que se detuvo el torneo y, mientras no llegue la paz a las calles colombianas, los millones de aficionados de ese país tendrán que seguir esperando por ver el desenlace del campeonato.

Publicidad Aproveche la mejor conexión en Fibra Optica para su empresa con RACSA