La inestabilidad ha sido la constante en el calendario del deporte mundial desde que inició la pandemia de la covid-19. Esto afectó también al arranque del ciclo olímpico en la región.

Primero Panamá declinó organizar los Juegos Centroamericanos y del Caribe y, hace unas semanas, la Organización Deportiva Centroamericana (Ordeca) aprobó posponer los Juegos Centroamericano de Santa Tecla de noviembre de 2021 a noviembre del año 2022.

La construcción de la infraestructura sufrió en El Salvador un retraso debido a las crisis sanitarias y estará lista hasta finales de 2022; principalmente la Arena de Santa Tecla, que es la única sede que será construida en su totalidad, ya que el resto serán remodelaciones de recintos deportivos, para lo cual el gobierno salvadoreño invertirá 112 millones de dólares.

Los Centroamericanos y del Caribe son la gran interrogante, ya que siguen sin sede definida, pero se realizarían en 2023, según Henry Núñez, presidente de Ordeca y también el Comité Olímpico Nacional (CON). Esto afectará muchos a los atletas de la región, quienes necesitarán de más recursos, los cuales son escasos en estos tiempos de crisis.

“El cambio de fechas tiene una gran afectación, principalmente en la inversión y búsqueda de recursos para financiar la preparación de los atletas y la participación en los diferentes eventos… Ahora se trasladan los Centroamericanos y eso significa más tiempo de preparación y recursos, se genera gran incertidumbre por los Centroamericanos y del Caribe, que siguen sin sede”, explicó Núñez.

Sin embargo, los Centroamericanos y del Caribe podrían realizarse en Mayagüez, Puerto Rico; pero Santa Tecla también está peleando por albergar dicho torneo, con grandes probabilidades de que sea en el país centroamericano. Según Núñez esto será anunciado en un mes.

“A más tardar en un mes se estará haciendo el anuncio, la posibilidad de que El Salvador realice ambos torneos es muy alta, el gobierno del El Salvador está apostando a la inversión en el deporte, este país entiende los beneficios que tiene para la población y el deporte la organización de este tipo de actividades”, explicó.

Además de las consecuencias económicas, todo esto también puede traer consecuencias a nivel emocional en los atletas, ya que hay gran incertidumbre con especto a calendario del ciclo olímpico que deberá finalizar en París 2024.

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