¿Cuál es la prioridad en una pandemia? Sobrevivirla. Esa fue la respuesta de la mayoría de personas que participaron en una encuesta virtual realizada por el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Los investigadores Dr. Mariano Rosabal y a la Dra. Mónica Salazar encabezaron esta medición que tuvo como objetivo conocer el contexto de las familias en medio del confinamiento, clases virtuales, teletrabajo y desempleo.

El sondeo obtuvo respuestas completas de 867 personas, de las cuales el 87,7 % fueron mujeres, en su mayoría costarricenses, de zona urbana y con estudios universitarios completos. La encuesta fue aplicada en el mes de abril, tras las primeras tres semanas de confinamiento en Costa Rica. 

Estos expertos afirman que el cambio en las dinámicas cotidianas generó tensiones al interior de las familias costarricenses y dio lugar a una nueva realidad.

“Nos interesaba conocer cómo las familias estaban haciendo para enfrentar, no solo la demanda de lo pedagógico, sino también para conocer cómo estaban estructurándose para dar respuesta ante una situación que a todos nos agarró desprevenidos y a la cual debíamos dar respuesta”, explicó Rosabal. 

El experto afirma que si bien los datos del estudio no son representativos para todo el país, se convierten en una primera exploración nacional en el contexto de la covid-19 que aporta insumos relevantes para investigaciones posteriores en torno al proceso educativo y las dinámicas familiares.

“Yo creo que las personas hemos llegado a darnos cuenta que podemos llevarnos trabajo a la casa, lo podemos hacer bajo ciertas excepciones, pero no necesariamente estamos preparados, y tampoco hay condiciones. En lo personal no vamos a recomendar que se integre permanentemente el trabajo en la casa, la importancia de tener espacios discriminados es fundamental para que las personas podamos seguir”, explicó Rosabal. 

Mujeres con triple jornada

Los resultados de la investigación evidencian que las labores de cuido y el involucramiento parental educativo pedagógico son asumidas, mayoritariamente, por mujeres quienes ante el incremento de las demandas en el contexto de la pandemia asumieron “una especie de triple jornada”.

“Tienen el trabajo de la casa, el trabajo de afuera, el cuido y ahora la labor pedagógica que ya no es solamente involucrarse en las tareas, sino que ahora es tener una escuela en casa. Todo esto hace que la demanda suba, pero no necesariamente los recursos que tenían para enfrentarla”, comentó la Dra. Salazar. 

Por otro lado, la investigadora menciona que las respuestas fueron contundentes, en donde se reconoció como principal preocupación de las familias mantener la salud y los ingresos, así como la calidad de la relación en sus lazos afectivos y las condiciones de salud del entorno inmediato. Situaron como última de sus inquietudes el posible atraso o pérdida de continuidad en el ámbito escolar de sus hijos e hijas. 

Los investigadores planean que, superada la pandemia, puedan recolectar datos de manera presencial sobre el involucramiento parental educativo y, de esta forma, ampliar la comprensión del tema en el contexto costarricense, donde resaltan particularidades como la convivencia intergeneracional en un mismo entorno familiar.

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