El prototipo para desinfectar y reutilizar las mascarillas N-95 utilizadas para evitar contagios de Covid-19, pasó las pruebas nacionales y ya está listo para su segunda fase en un laboratorio internacional certificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La coordinadora del proyecto del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), Marta Vílchez, enfatizó que “al ser un país pequeño y las compras de mascarillas que hacemos son insignificantes en comparación con el resto del mundo, lo mejor es desinfectar las que ya existen y reutilizarlas”.
La iniciativa surgió a raíz de una solicitud de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), a este centro de estudios superiores, de ayudar con la creación de equipo especializado en caso de un desabastecimiento de suministros.
El investigador de la empresa Plasma Innova, José Asenjo, dijo que en el mundo solo Costa Rica utilizaría esta tecnología para desinfectar mascarillas N95 con Covid-19.
El científico afirmó que “la novedad es que se implementaron dos tipos de desinfección combinados, la irradiación con luz ultravioleta, utilizada a nivel internacional para la desinfección, y la otra es aire activado con plasma, que es tecnología nacional para realizar estos tratamientos”.
Por su parte, la investigadora de los laboratorios de Microbiología de la Universidad de Costa Rica, María Laura Arias, explicó que en las pruebas la cámara destruyó bacterias ambientales y patógenas como la salmonela.
Incluso la experta se mostró positiva al indicar que “si la cámara logró estos alcances, lo podría hacer con el virus que genera el Covid-19”.
La funcionaria enfatizó que los estudios son muy prometedores con microorganismos sumamente resistentes, como el E. coli, Staphylococcus aureus, Salmonella, Listeria, Candida, Aspergillus y Bacillus.
Según dijo, los microorganismos se colocaron en las mascarillas N95 y se probaron con distintos tiempos de exposición, uno, cinco y 20 minutos, siendo este último el que más funcionó dentro de la cámara diseñada en el TEC.
“En todos los casos, excepto con el Bacillus, la cantidad de microorganismos bajó a 100 o menos; es decir, bajaron de mil millones a 100 y lo más importante es que en ningún caso la mascarilla se deformó, aseguró la microbióloga.
Los expertos comentaron que adentro de la cámara, el aire se convierte en plasma y se generan moléculas que purifican cualquier objeto, por ejemplo, lentes, lapiceros y mascarillas N95.
Una de esas moléculas es el ozono, por ser inestable y reacciona muy bien con las grasas, es decir, la tendencia del ozono al estar en contacto con el Covid-19, sería romper su envoltura y matarlo.
Lo cierto es que este aparato diseñado por científicos costarricenses está a la espera del visto bueno de la Organización Mundial para la Salud (OMS).