La Isla del Coco, a 540 kilómetros de Puntarenas, es la última y más alejada frontera de Costa Rica. Allí viven, durante un mes, seis funcionarios guardaparques del Sistema Nacional de Áreas de Conservación SINAC y dos miembros del Cuerpo de Bomberos.

En medio de la crisis mundial por la pandemia del Covid-19, ellos deben dejar a sus familias y viajar a esta parte de Costa Rica para vigilar los 24 kilómetros cuadrados de tierra y su extenso espacio marítimo.

El pasado 1º. de mayo, realizaron el cambio de turno del personal que vigila la isla, pero ¿cómo hacen para tratar de evitar que el Covid-19 atraviese el Océano Pacífico y llegue hasta esa zona? Ellos mismos le contaron a Costa Rica Noticias.

Primero se cuidan en sus hogares con aislamiento social. “Durante mi traslado desde Upala hasta Puntarenas, yo tomé todas las medidas preventivas de aislamiento social, el protocolo de estornudo y lavado de manos”, aseguró Diego Madrigal, guardaparque de Isla del Coco.

Marco Marín, el capitán del barco Lokeanos 1, explicó que hay estrictos controles antes de ingresar al barco. “Tomamos medidas contra el Covid-19, lavado de manos, desinfectar el calzado y las áreas públicas, el barco está 100% desinfectado y tomamos las medidas de separación de cada persona”.

Más de 24 horas dura el viaje desde Puntarenas. Una vez que llegaron a la Isla, vuelven a realizar todo el protocolo sanitario, tanto para los que llegan como para el personal que va saliendo.

Para ellos cuidar la isla es su pasión; sin embargo, en este momento es aún más difícil dejar a sus familias.

“A pesar de que nos sentimos aquí algo seguros, nos preocupan nuestras familias, que están allá en diferentes partes del país distribuidas. Nos preocupan nuestras familias y seres queridos”, señaló Víctor Acuña, también guardaparques de la Isla del Coco.

Los bomberos.

La isla cuenta ahora con la estación del Cuerpo de Bomberos 6-16. Dos miembros son siempre destacados en la isla para brindar atención a los guardaparques y a los turistas que llegan cuando el parque se encuentra abierto. Jafet Cordero, paramédico del Cuerpo de Bomberos expresó que: “Mantenemos todas las normas de seguridad y de higiene dictadas por el Ministerio de Salud en contra del Covid-19, nos mantenemos guardabdo la distancia, el aislamiento, el buen lavado de manos y desinfección”.

Aunque el parque está cerrado, uno de los principales daños que recibe la isla se produce por culpa de la pesca ilegal.

“Realizamos patrullajes preventivos en las 12 millas marítimas, aunque el parque esté cerrado no quita que se vayan a encontrar embarcaciones haciendo actividades ilícitas de pesca ilegal”, Maikel Pérez, guardaparque en la Isla del Coco.

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