Cartago en 1910 era una ciudad alegre y de ciudadanos amables y trabajadores. Pero en aquel año, el 4 de mayo, la antigua capital del país y sus habitantes sucumbieron ante el movimiento de la falla Agua Caliente con 23 kilometros de profundidad y de 6.4 grados en la escala Mercalli.

Este lunes se cumplen 110 años de aquel letal terremoto, un movimiento que apenas duró 16 segundos pero que fue suficiente para mover los cimientos de toda una provincia y dejar como fallecidas a 700 personas.

Previo a ese movimiento telúrico, ya el 13 de abril Cartago había tenido un aviso, con un sismo de 5.9 grados en la escala Mercalli, la cual era utilizada en ese entonces. Fue registrado a las 12:37 de la madrugada e incluso causó serios daños en la ciudad de San José.

No obstante, el del 4 de mayo no dejó mucho margen de maniobra. Aunque fue a las 7 de la noche, la vida era diferente, era una hora de estar temprano en casa, muchos de quienes murieron lo hicieron en su hogar. Estructuras como la Iglesia de Guadalupe, Palacio Municipal, la Iglesia de San Nicolás, el edificio de Escuelas Superiores, el Palacio de la Corte, la iglesia de Los Ángeles y las casas que se encontraban en las orillas del Parque Central de Cartago fueron completamente destruidas.

El presidente de entonces, Ricardo Jiménez Oreamuno, decretó nueve días de duelo nacional, un día triste para el país; pero también motivo de superación, ya que meses después muchas de las personas que habían quedado sin vivienda la recuperaron gracias a las políticas del gobierno, que reconstruyó muchas de las casas.

Aunque hoy se sigue debatiendo, estudios del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) aseguran que el terremoto pudo haber sido, no de 6.4, sino de 8 grados en la escala Mercalli. Si fuera así, sería el terremoto más fuerte de la historia de Costa Rica, dejando en segundo plano el de Limón de 1991 y Nicoya en 2012, ambos con una medición de 7.6 grados.

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