La suspensión del curso lectivo debido al coronavirus tiene en dificultades económicas a los propietarios de 4.200 busetas dedicadas al transporte privado de estudiantes.


El panorama para estos transportistas es muy sombrío ya que al suspenderse las clases, los padres de familia dejaron de pagar total o parcialmente el servicio.


El problema es que bien los buses están detenidos y no gastan combustible, hay otros gastos que siguen corriendo como el pago del personal asistente que viaja en las busetas, póliza de seguros y revisión técnica.


Xinia Campos, transportista desde hace 10 años en Desamparados, contó que en su caso no le están pagando ni el 30% de la cuota mensual. Con ese monto no le alcanza para vivir, se queja.


La otra cara de la moneda son las familias que no tienen como pagar este servicio total o parcialmente, pues se quedaron sin trabajo, tal es el caso de María Agüero, vecina de Santo Domingo de Heredia.


Según datos del Consejo de Transporte Público (CTP) en el país existen 5.400 busetas escolares. De estas 1.200 ofrecen servicio al Ministerio de Educación Pública. A ellos sí se les está pagando con normalidad cada mes porque el Ministerio no suspendió los contratos.

Con respecto a los transportistas del sector privado, el CTP informó que al ser contratos particulares con los padres de familia, lo único que queda es apelar a la solidaridad de los papás.


Unas 3.750 rutas de buses atienden cerca de 1.295 centros educativos con una población de 165.000 estudiantes.

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