Wuhan, China /AFP. "El 6 de abril no hubo nuevos casos domésticos confirmados ni sospechosos, y no hubo muertes en China", dice Mi Feng, portavoz de la Comisión Nacional de Salud de China.
El anuncio se produjo horas antes de que se levante el cierre de la ciudad de Wuhan, epicentro de la enfermedad, cuyos habitantes permanecieron confinados en sus hogares durante dos meses.
"Creo que mañana Wuhan volverá a vibrar. La gente podrá hacer lo que necesita. Wuhan ha pasado por muchas cosas", dice una de sus hatitantes.
El descenso de los casos de contaminación y muerte en China en las últimas semanas está acompañado de dudas sobre la fiabilidad de las cifras oficiales publicadas por el gobierno.
Algunas familias han informado en la prensa china que no se contabilizaba a las personas que habían fallecido en sus hogares o que no habían sido sometidas a pruebas al comienzo del brote, cuando los hospitales estaban sobrecargados.
Por otra parte, el país sigue enfrentándose a una ola de infecciones importadas.
China informó de su primera muerte el 11 de enero. Según cifras oficiales, desde entonces casi 82.000 personas han sido infectadas en el gigante asiático, y 3.300 murieron.